lunes, 16 de abril de 2012

Tic tac...

La vida, ese reloj que nos marca el ritmo... a veces parece que vuela y otras da la sensación de que anda a  paso de tortuga.

Pasamos por ella, muchas veces impertérritos, otras veces conscientes. Pero parece que es cuando se va acabando la pila de este bello reloj cuando realmente valoramos el tiempo que se nos ha regalado, cuando echamos la vista atrás como si estuviéramos viendo una película, con todos los géneros.

Es un poco irónico que cuando se van gastando las baterías, cuando sentimos que se acerca la hora, es cuando apreciamos lo que hemos vivido, lo bueno y lo malo; es cuando nos damos cuenta lo que hemos aprovechado, lo que nos ha faltado, lo que hemos sentido, llorado, amado, trabajado, luchado por conseguir nuestros objetivos que, cuando los alcanzamos, parece que los olvidamos, o parece que olvidamos lo que nos ha costado conseguirlos.

A mi, ahora, el reloj me marca un ritmo muy rápido, aunque estoy en la etapa de mi vida donde se convierte en una película de drama, suspense y comedia romántica, a la vez. Pero me sirve para no dejar que sea el fin de la batería de un maravilloso reloj el que haga que disfrute de todo lo vivido, quizás tarde. Valoraré, disfrutaré, desmigajaré cada tic tac del reloj, cada segundo de mi vida...