domingo, 10 de junio de 2012

Recargando pilas...

Domingo, 8 de la mañana y en planta. En mi cabeza un poco de "¿Y si me quedo acostado?"

Pero me esperaba un maravilloso día. Saco fuerzas, y empiezo a disfrutar del día desde el primer momento: delicioso desayuno para coger fuerzas, zumo de naranja natural recién exprimido, tostadas con mantequilla y azúcar y una buena taza de café reciente. Ducha para activarme y bici al coche.

Mi destino: Constantina, la Vía Verde que une las poblaciones entre Constantina y San Nicolás del Puerto (esta vía sigue su ruta hasta Cerro del Hierro, 18 kms de sendero, pero con San Nicolás, que eran 9,5 por trayecto era suficiente). Sigo disfrutando, ahora, conduciendo, sobre todo cuando abandono la autovía. Curva izquierda, curva derecha, reduce marcha, ahora aumenta... sentir cada curva, con el aire de la sierra entrando por las ventanas y empezando a oler a eucalipto... (árboles de zona húmeda), es una gozada.

Llego al aparcamiento donde comienza la ruta y me sienta bien hasta que no haya un gorrilla para pedirme un euro por decirme que ahí hay un hueco... Nada más poner el pie en el suelo... nada, eso es lo que se oye. Cantar de pájaros, el correr del río y la brisa que roza la copa de los árboles... desconexión total. Saco la bici del maletero, le monto la rueda delantera (maletero pequeño...), mochila a la espalda y cámara al costado. Comienza la ruta.

Caminos de tierra que me recordaban a mi infancia, veraneando en Las Navas del Marqués, se abrían paso a la vera del río Huéznar. El aire en la cara provocado por la velocidad, zonas de sol, tramos de sombra que se agradecían... Parada tras parada para poder inmortalizar aquel regalo de la naturaleza.

Ya de vuelta, casi en el coche, remojo los pies en las aguas del río, frías... qué buena sensación después de cuatro horas pedaleando. 

Vuelta a casa, Nadal en la tele, siesta de media hora y primera parte del España - Italia. Ducha y momento para salir a bailar un rato... o un mucho. Cuatro horitas de salsa, bachata y kizomba, para terminar un día agotador, pero muy satisfecho, productivo, bonito, necesario... Sobre todo necesario.

viernes, 8 de junio de 2012

Si la vida te golpea, contéstale con una sonrisa...

Está visto que el destino se ha propuesto seguir enseñándome a ser fuerte...

No consiguió derrotarme hace siete años, no consiguió derrotarme hace uno y pico, no ha conseguido derrotarme desde hace unos meses y no lo va a conseguir ahora.

Atrás quedan las clases prácticas que te da la vida de forma gratuita, ahora que está muy de moda la enseñanza pública en la calle con el tema de las reformas educativas. Quedan los tomos de libros escritos en vivencias, en lecciones, todo enseñanza práctica, porque es la más eficiente para afianzar conocimientos. Permanecen recuerdos, sentimientos, lágrimas, unión, familia, amigos, superación, sonrisas, alegría... pero sobre todo queda uno mismo, con la vista al frente, saltando vayas, esquivando bolazos como si de Humor amarillo se tratase, y sé que de equilibrio ando bien despachado...

Tenemos que ser capaces de ver que la vida es demasiado corta como para que ésta nos amargue nuestro paso por ella. Es demasiado bonita, hay demasiadas ilusiones, sensaciones, personas, paisajes, vivencias, momentos, en definitiva, acontecimientos, como para echar por la borda este pequeño viaje que se nos ha regalado.

Así que, si la vida te golpea, contéstale con una sonrisa.